sábado, enero 12, 2013

Todas íbamos a ser bellas, ¿o no?


Me levanto, me baño, me pongo crema en la cara, me seco el pelo, me visto despacito para que el I no se vaya a despertar con el ruido. La Queti me mira, me maúlla y yo no puedo evitar la sensación de amor absurdo que le tengo a mi gata. Veo el celular y tengo un mensaje de una amiga por wasap: fui a un médico que te hace bajar 20 kilos en un mes, ¿vamos? Y yo pienso: puta que estamos cagás, hasta cuándo chucha vamos a dejar de creer en los médicos que te hacen bajar de peso, si lo que tenemos que arreglar es la angustia diaria que nos hace zamparnos dos marraquetas con jamón, sin pensar en aditivos ni colorantes. 

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