jueves, octubre 26, 2006

gud bai mai lov.

Decidimos juntarnos en Lastarria, en ese banco que esta cerca de los cafés que no estábamos dispuestos a pagar, pero que observábamos desde afuera, disfrutando del olor que expelen. Me llevaste un libro de regalo. Era gigante, edición vieja. Si, los con olor. Lo abrí. Era un poemario de Maiakovski. No pude resistir abrazarte e invitarte a un café. La semana siguiente te ibas de intercambio a París y debía soportar un año sin verte. Nos fumamos tres cajetillas acompañadas de dos mocaccinos. Decidimos ir a tomarnos algo. Como siempre, terminamos un poco ebrios, en el Boliche, recitando poemas tristes.