martes, septiembre 26, 2006

Como los monos de Baquedano manipulan la mente.

[ Nos bajamos del anden, tú pensando en llegar y yo en el momento en que nos despediríamos. Ese día pensaba dejarte, no porque no te quisiera, sino por miedo. Si, ese miedo que me perseguía cuando llevábamos más de dos meses. Sonó el timbre y llegamos a Baquedano. Una llamada me salvó de tus cariños, esos que seguramente me harían arrepentir. Te reíste de las caras de los monos que hay en las paredes -no tienen concepto- dijiste. Yo solo reí. Me reí de mí. De como en estos años me volviste dependiente y ya no era capaz de dejarte.]

uuuuy. lo amo porke a lo mejor me hace famosa.
el 27. el 27. el 27.