domingo, enero 14, 2007

Era común verlo tirado en una escala de Los Héroes. Sus pies llenos de heridas causaban asco en unos, pena en otros. Más común aún era el pan con jamón que se compraba en la tarde, luego de recolectar algunas monedas. Lo comía con cuidado, con los años se le habían caído los dientes. Lo más triste fue el día en que se lo llevaron a punta de lumasos. Ser vago es contra la ley. Hoy lo reemplaza un ciego. Ya no hay respeto por los viejos en Santiago…